“Windows Phone 7 es una salida y un quiebre a nivel de código. Hacerlo así no fue una decisión fácil. Es una decisión dura salirse de una plataforma como Windows Mobile, pero estábamos dispuestos a hacerlo”, afirmó.
El ejecutivo ha reiterado el mensaje que ya había dado el CEO Steve Ballmer, y que representa un alivio para empresas que habían invertido en Windows Mobile hace poco, y que no podrán transferir sus aplicaciones actuales al nuevo modelo porque ambos no son compatibles.