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21 jun 2009

¿Es el iPhone 3G S una decepción?

Por lo visto el lanzamiento del nuevo iPhone 3G S ha sido una decepción en todo el mundo y yo no me he enterado. Leo a través de algunos comentarios del blog y en blogs afines la ofensa de Cupertino a todos los amantes de la telefonía móvil. ¿No hay pantalla OLED? ¿La cámara tiene sólo tres megapíxeles, como la de mi móvil de 2006?¿No hay flash en la cámara? ¿No hay flash en el navegador?¿No puedo emparejar a mi gato a través de Bluetooth?

Iba a ahorrarme hablar del móvil hasta que lo pudiera probar la próxima semana pero alguien ha apuntado, con acierto, a que si estoy en San Francisco y el móvil es "la" noticia, lo menos que podría hacer es dedicarle unas líneas.

Señores, llevamos ya dos años con lo mismo. El iPhone, ni en su primera ni en su segunda versión, ha sido nunca un teléfono con las últimas prestaciones del mercado (debo añadir que gracias a dios -o a Jobs, eso ya va según gustos-). Nunca lo será porque no es el juego al que están jugando en Apple. Es más, siempre ha sido claramente inferior en muchos aspectos a varios de sus competidores. Y sin embargo es el móvil que usan el 65% de quienes navegan por la red desde el teléfono. Y es el único móvil con una tienda de aplicaciones decente y que ha creado un modelo de negocio que nos ahorra pagar el sueldo de un mes en mensajes premium para descargar un juego en java. Me permito opinar, aunque admito que esto ya es cosa de preferencias personales, que es el único móvil en el que la integración del reproductor de música y el teléfono está bien resulta. La última versión también tiene 32 GB, lo cual es bastante impresionante.

Hay una buena razón para todo esto y es que el teléfono está pensado desde cero para tareas que otros móviles han solucionado con parches y remiendos mal puestos a lo largo de los últimos diez años. Esto también trae una consecuencia indeseada: muchas de las cosas que se han hecho con parches y remiendos, como el MMS, han acabado por calar y ahora esperamos que estén presentes, incluso si mandar un correo electrónico con la foto adjunta resulta una opción mucho más práctica.

Pero con una mezcla de suerte, marketing y visión, en Apple han dado con una pequeña mina de oro: las aplicaciones. Han convertido los teléfonos —y no sólo el iPhone- en "plataformas". De repente eso de programar una aplicación para un móvil no es algo de cuatro chalados con un Nokia o un Windows Mobile, es un mercado con un numero de usuarios mayor que el de la PSP. Ahora Apple también ha abierto la puerta a los accesorios de hardware, conectados al teléfono mediante estas aplicaciones y que podrían tener un impacto en campos interesantes, como la medicina.

De repente que el teléfono avance en prestaciones ya no es crucial —aunque se agradece- porque lo que realmente importa es lo que se hace con él y para eso lo que hace falta no es tanto hardware como resolver bien la pata del software, que hasta ahora siempre cojeaba. De nada me sirve un móvil Nisupu con cámara de ocho megaíxeles si las fotos salen mal o llenas de ruido, si tardo una eternidad en disparar la fotografía o si para subirla a Flickr o Facebook tengo que moverme por 20 menús en arameo. Peor aún, aunque esto ya es un caso personal, de nada me sirve un móvil de ocho megapíxeles si no puedo navegar por al red con comodidad, escuchar música pasando por los mismos menús o dispone de una buena colección de juegos y aplicaciones para descargar.

A falta de probar el nuevo 3G S, ¿realmente merece la pena? Depende. La actualización a la versión 3.0 del iPhone 3G y 2G traerá muchos cambios. Ésta, por cierto, es otra característica interesante difícil de ver en otros sistemas operativos y teléfonos, una actualización que pone el teléfono de hace un año a una altura parecida a la del nuevo modelo. El 3G S merece la pena por cuatro cosas:

  • Velocidad. Tanto de procesador como de descarga de datos (el iPhone 3G sólo llegaba a 3,4 Mbps teóricos, el nuevo a 7,2 Mbps, y sí, esto lo tienen muchos teléfonos desde hace mucho tiempo y era una de las quejas habituales de los usuarios del iPhone 3G en Europa).
  • Batería Viene a ser un 20% más, que no es mucho pero se agradece.
  • Brújula Para "cretinos topográficos", como un servidor, viene muy bien.
  • Vídeo. Era una injusticia no tener vídeo en el modelo 3G, la verdad. El editor de vídeo parece bien implementado.
  • Control de voz. No tanto por llamar usando el nombre o dictando el número sino por las opciones de control del reproductor de música con comandos como "¿Qué está sonando ahora?" o "Reproduce más canciones cómo esa o solo canciones de este artista" que el teléfono entiende y a las que responde también con voz. (Por cierto, hubiera sido un detalle incluirlo en la actualización de software del modelo 3G).

Por lo demás, el iPhone 3G seguirá siendo una buena alternativa. A mi no me parece una mala actualización, la verdad. A título personal, y para quien pueda interesar, yo pienso saltar a la nueva versión siempre y cuando consiga un modelo libre o "liberable" por métodos legales o "legales".

Pero digo lo que dije con el lanzamiento del modelo 3G. Que a mí me guste no quiere decir que sea el mejor teléfono del mercado. Quien necesite una Blackberry no encontrará aquí un sustituto. Quién necesite grabar vídeo con mayor resolución o más frames por segundo tendrá que buscar otro modelo. Quienes quieren un móvil muy simple, para hacer llamadas y ya está, encontrarán opciones más económicas y libres de las ataduras del contrato del iPhone (que son muchas ataduras y sigue siendo, para mí, la parte más débil de este teléfono). Quienes vivan pendientes de las especificaciones, lo mismo, hay muchos modelos de HTC o Samsung o Nokia que son también excelentes teléfonos y pueden presumir de mas megapíxeles.

Yo, sin embargo, prefiero la visión de conjunto del iPhone, la integración, el navegador web que tiene —ahora con HTML 5-, la tienda de aplicaciones y la sensación de que, por primera vez en mucho tiempo, me basta con llevar un único cacharro en el bolsillo. Y a cambio de eso estoy dispuesto a sacrificar todos los megapíxeles que haga falta.

Via: navegante2