Samsung continúa en su línea de diversificar al máximo sus terminales, creciendo en pantalla y en músculo. El Samsung Galaxy Fonblet será una nueva incursión en las pantallas grandes, aunque cerca de la gama Galaxy Note.
Apartando por un momento el nombre, el nuevo teléfono de Samsung tomaría como base el Samsung Galaxy Player (que vemos arriba en la imagen), con el mismo tamaño de 5.8 pulgadas que ya aparecía el año pasado. Realmente un monstruo en dimensiones que no tiene demasiado sentido en un mercado de por sí saturado por Androides muy parecidos entre todos, diferenciándose por el músculo que esconden, en lugar de optimizaciones a nivel de software que tanto le hacen falta, o mejor dicho, la no inclusión de TouchWiz en el caso de Samsung.
La diferencia entre los dos terminales es más que evidente: el Fonblet -nombre feo, por cierto- contará con funcionalidades telefónicas. También se rumorea que el Samsung Galaxy Fonblet contaría con funcionalidades de doble SIM. Desde luego, por falta de espacio no será que lo dejen de incluir.
Con este tipo de cosas es donde uno se plantea hacia donde va la telefonía en general, o hacia dónde Samsung está arrastrando a los demás fabricantes con tamaños de pantalla ridículos. Pero no sólo por este Samsung Galaxy Fonblet, sino por los últimos rumores que apuntarían a que el próximo terminal de la gama Galaxy Note, su tercera iteración, contaría con una pantalla de 6.3 pulgadas. Pasando a algunas características filtradas, estaríamos hablando de un terminal con Android 4.1.2 o 4.2.1 Jelly Bean.
Ahora bien, siendo un dispositivo de estas proporciones, mi apuesta es que el terminal se asentará como un gama media-alta; tampoco creo que sea un terminal que se venda en todos los mercados, coincidiendo con los chicos de Phandroid.
Puede haber quien discuta la utilidad de una pantalla de este tamaño en cuanto al disfrute de todos los contenidos multimedia que se consumen actualmente en un teléfono, pero tengamos un poco de sentido común: teléfonos de 5.8 y 6.3 pulgadas no son manejables, ni cómodos, a duras penas transportables en los bolsillos. Y no, no es cuestión de tamaño de manos.