El éxito empresarial de Apple, las incesante ventas de sus productos, el imparable valor en Bolsa de sus acciones (aunque en los últimos días están perdiendo cotización) y la expectación creada ante el lanzamiento de sus productos son para muchos un modelo a seguir pero parece que el único que se lo ha tomado en serio hasta el punto de estar mimetizando su aspecto en las presentaciones es a Lei Jun, fundador de la empresa china Xiaomi, que está obteniendo unos envidiables resultados en la acogida de sus smartphones mientras parece estar siguiendo fielmente los pasos del camino emprendido en su día por Steve Jobs.
Presentaciones de nuevos dispositivos envueltas en un halo de estar asistiendo a un evento casi mágico, fans que son capaces de faltar a su trabajo con tal de hacer cola para obtener el ansiado dispositivo, unidades que se venden online en cuatro minutos y quizá lo que más nos recuerde a Jobs, el propio fundador de la compañía presentando el nuevo dispositivo con atuendo consistente en vaqueros y jersey negro.
No podemos decir que Jun sea el colmo de la originalidad pero por lo visto tanta es su admiración por los logros de Apple que incluso en eso trata de ser como su ídolo… y parece que mal del todo no le va. Con especificaciones similares al Samsung Galaxy SIII o al iPhone5, aunque con un precio bastante más reducido, inferior a 300€, el Xiaomi phone 2 salió a la venta en octubre y ya lleva vendidas 300.000 unidades.
A diferencia de otras grandes marcas chinas como Lenovo, ZTE o Huawei, que firman acuerdos con los operadores telefónicos para vender grandes cantidades de terminales, en Xiaomi prefieren vender sus dispositivos directamente online y en pequeñas partidas, lo que crea esa percepción de escasez que hace que se cree expectativa y que hace que, por ejemplo, cuando el 30 de octubre salió a la venta la primera partida se vendieran más de 30.000 móviles en apenas unos minutos.
El propio Lei Jun, que tiene casi 4 millones de seguidores en Weibo, el Twitter chino, se encarga de generar esa expectación mediante anuncios en dicha red social de microblogging con mensajes a los que, probablemente, casi les falte el añadido final de “one more thing“.