Aún funcionando tal y como se publicita, el XWave tiene las alas realmente cortas. Primero. Conozco a poca gente dispuesta a gastarse 99 dólares en un casco que parece el prototipo de un accesorio fallido de la Wii y que requiere que nos pellizquemos la oreja con una pinza para poder leer nuestras ondas cerebrales. Segundo. De esos pocos, menos aún se atreverían a mostrarlo en público. Y tercero. Acotado el público potencial a “cuatro gatos”, vas y te conectas a la App Store para descubrir que lo único que puedes hacer con él es visualizar tu onda cerebral, buscar pareja a través del registro de tus ondas ante una canción que escojas (siempre es útil saber que tu media naranja cerebral vive a 15.000 Km) o hacer una especie de meditación transcendental completamente rodeado de gadgets.
Aunque una cosa he de admitir. Hablo sin probar. No solo por no contar con una unidad para analizar, sino porque aun teniéndolo, no encontraría aún ninguna de las aplicaciones anteriores en la App Store. Sencillamente siguen siendo una promesa, una bastante pobre. ¿No me creéis? Mirad el vídeo que encontraréis a continuación y decidme si no es para partirse cuando la aguda del medidor de atención se acerca peligrosamente a la zona roja. ¡Horror! Cuidado con la concentración; la concentración es mala; ¡la concentración (o el sentido común) puede llevarte a no comprar un XWave!